LA AGRICULTURA ECOLÓGICA: PRESENTE Y FUTURO
La agricultura ecológica, también llamada orgánica o biológica, experimenta un notable crecimiento debido a la mayor demanda en los países desarrollados y a sus especiales características productivas.
Se trata de un sistema para cultivar una explotación agrícola basado en la optimización de los recursos, sin emplear productos químicos de síntesis ni OGMs, logrando obtener alimentos orgánicos, conservando la fertilidad de la tierra y respetando el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
La agricultura biodinámica, la permacultura, la agricultura natural, la agricultura de subsistencia…, son tipos de agricultura natural que buscan el equilibrio con el ecosistema. Se trata de sistemas sostenibles que se han mantenido a lo largo del tiempo en distintas regiones del mundo buscando satisfacer la demanda de alimento natural y nutritivo a las personas y los animales, de manera que el agro-ecosistema mantenga el equilibrio.
Los objetivos de la agricultura ecológica son la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis química, obtenidos mediante procedimientos sostenibles. Es un modelo productivo que contempla un sistema global de gestión de la producción, que incrementa y realza la salud de los ecosistemas, los ciclos y la actividad biológica del suelo. Esto se consigue aplicando, siempre que sea posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos.
La forma de producción, además de contemplar el aspecto ecológico, incluye en su filosofía el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones practicantes, de tal forma que su objetivo se apega a lograr la sostenibilidad integral del sistema de producción agrícola; o sea, constituirse como un agro-sistema social, ecológico y económicamente sostenible.
En España, la regulación sobre este modelo de actividad se estableció en 1989, en que se aprobó el Reglamento de la Denominación Genérica "Agricultura Ecológica", de aplicación hasta la entrada en vigor de la normativa comunitaria (CEE) 2092/91 sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios.
Desde el 1 de enero de 2009 la producción ecológica se encuentra regulada por el Reglamento (CE) 834/2007, aplicable sobre la producción y el etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga en el Reglamento (CEE) 2092/91 y por los Reglamentos R(CE) 889/2008 de la Comisión Europea.
Asimismo y también en España, el control y la certificación de la producción agraria ecológica es competencia de las Comunidades Autónomas y se lleva a cabo por autoridades de control públicas, mediante Consejos de Agricultura Ecológica territoriales, que son organismos dependientes de las correspondientes Consejerías o Departamentos de Agricultura, o directamente por Direcciones Generales adscritas a las mismas.
Nuestro país reúne condiciones para el desarrollo de este tipo de agricultura por su favorable climatología y los sistemas extensivos de producción que se aplican en un gran número de cultivos. El cuidado del acervo de semillas de especies autóctonas resulta absolutamente compatible con el desarrollo de las últimas técnicas de mejora genética, a fin de optimizar las capacidades productivas de los cultivos intensivos.
Por otra parte y en lo que respecta a la producción animal, la conservación de un patrimonio genético importante de razas autóctonas, de gran rusticidad y adaptadas al medio, favorece su cría y explotación en régimen extensivo. Todo ello, estimando la tradición y el desarrollo alcanzado por la apicultura, técnica que ha dado lugar a productos de gran calidad por la abundancia y variedad de la flora melífera existente en España.
La evolución nacional en superficie cultivada dedicada a la AE no ha parado de incrementarse desde 1991, hasta las 1.610.619 hectáreas cultivadas en 2014. Las ayudas estatales, impulsadas por el apoyo de la UE a una política agraria que garantice la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático y para favorecer un desarrollo sostenible y equilibrado de todas las zonas rurales de Europa, constituyen los principales vectores de desarrollo de esta modalidad agrícola.
Además, se trata de un modelo que responde plenamente a las exigencias de los ciudadanos en cuanto a oferta, precio, variedad, calidad y seguridad de los alimentos, unido a la protección del medio ambiente y para garantizar a los agricultores un nivel de vida razonable, preservando los entornos y comunidades rurales.
La agricultura ecológica se protege en la UE a través de requisitos concretos y rigurosos establecidos en la legislación y de normas sobre etiquetado y trazabilidad de los productos ecológicos, sea cual sea su procedencia. La UE ha creado también un logotipo especial para los productos que cumplen las normas de producción ecológica. Para utilizarlo, los agricultores y fabricantes de este tipo de productos deben someterse a un estricto proceso de certificación.
A través de sus programas de desarrollo rural, los países de la UE pueden ofrecer ayudas específicas a aquellos agricultores tradicionales que quieran pasar a la producción ecológica. Esta opción se encuentra en vigor desde 2013, mediante ayudas específicas para la agricultura ecológica a fin de convertir las explotaciones intensivas en agricultura ecológica y para mantener este tipo de producción.
Como vemos, se trata de una tendencia productiva al alza y de enormes posibilidades en los países desarrollados, no sólo por la demanda creciente de consumo de productos naturales; también por las necesidades de protección medio-ambientales de los entornos productivos y la necesidad de una progresiva sostenibilidad de los sistemas agro-biológicos.
No obstante, el desarrollo global de la AE presenta también numerosas barreras a su crecimiento que deben ser citadas. En primer lugar la merma de sus capacidades frente a las explotaciones de carácter intensivo, que permiten una mucho mayor productividad, con el consiguiente abaratamiento de costes de los productos de consumo, frente a una demanda de alimentos global de ritmo exponencialmente creciente.
Además, los últimos avances en síntesis de especies genéticamente modificadas y con todas las garantías en materia de Seguridad Alimentaria, están ya logrando una competitividad plena sin pérdidas organolépticas ni de calidad alimentaria, incluso en materia de sostenibilidad y de reducción de las huellas hídricas y de carbono en los procesos productivos o de optimización de la fertilidad del suelo a medio y largo plazo.
En todo caso y como balance final cabe indicar que, pese a la demanda creciente de alimentos, la necesidad progresiva de buscar alternativas basadas en la sostenibilidad ambiental y económica de los ecosistemas agrarios, debe convertir a la AE en uno de los objetivos prioritarios de desarrollo para sector alimentario. No sólo se trata pues de una tendencia del mercado; es, sobre todo, la única garantía de futuro del sector agro-alimentario.
+info:
- Agricultura Ecológica en España: http://www.magrama.gob.es/es/alimentacion/temas/la-agricultura-ecologica/
- Estadísticas de AE en España: http://www.magrama.gob.es/es/alimentacion/temas/la-agricultura-ecologica/Estadisticas_AE_2013_tcm7-351187.pdf